Lejanías

“La tierra no es plana. Desde las alturas, el mundo parece otro, distinto del mundo que se ve cuando se tiende la mirada a lo lejos, desde las vastas planicies. Y la perspectiva no es, ni mucho menos, prometedora. (…) en un país montañoso su alma[del viajero] “se despierta y reanima por la alternancia de las diferentes impresiones”. Y esa perspectiva que hemos llamado superficial, y que Schelle define como aquella que pone al hombre frente a frente con las montañas, no se limita al valle; su trayectoria es ascendente. Subir redobla, por decirlo así, el trabajo del alma, porque las impresiones se multiplican a medida que se asciende. Mientras nuestros pies toquen la tierra, ya sea en el valle como en la cima, la perspectiva será superficial, y la montaña preservará su condición  de espectáculo formidable.(…)Lo múltiple se vuelve uno, lo separado se junta. La altura afecta al espectador, y la afección es a la vez física y moral. Física, porque la altura contrae los “espacios inmensos” hasta hacerlos desaparecer; moral, porque la desaparición de los espacios suscita la idea de una “comunidad” que en realidad no existe, pero cuya ilusión es inequívoca. (...)Cada paso abre una nueva inmensidad entre lo común y lo extraordinario, entre la vida y la muerte.”   El descubrimiento de la montaña. De Saussure a Burnet. Fernando Calderón

Pintura al natural.
Desde sitios elevados se contemplan los territorios, a veces llanos a veces montañosos, como si fuesen abstracciones  tonales, donde cada mancha, cada línea es un campo, un rio, una carretera, un mar…

Lejanías es un esfuerzo para comprender un gran espacio, para organizarlo. Es la toma de contacto con la naturaleza, con el paisaje y sus elementos, con la luz y el tiempo, con el problema de mirar (y todo lo que implica) y representar algo que está vivo y que cambia a cada momento.